Durante
la practica como docente se ha observado, que los alumnos aún no establecen
interacciones favorables para el aprendizaje, ya que continuamente se agreden
de forma verbal y físicamente, tanto hombres como mujeres, no distinguen género,
esto se da más a la hora del recreo, ya que existe un contacto directo con
niños de otros grados, donde existe mayor fricción en cuanto a la agresión física
principalmente, es decir, los alumnos resuelven sus conflictos a través de la
violencia.
Las
diferencias interpersonales repercuten en el rendimiento del grupo ya que hace
que se dispersen y no pongan atención o simplemente toman una actitud agresiva
y poco cooperativa que impide que realicen sus actividades, se derivan quejas frecuentemente
afectando el ambiente de aprendizaje en las dinámicas de grupo y se hace más
tediosa la clase para el resto de los alumnos que si están poniendo atención.
Ante esta situación se habla con el grupo de manera general planteando el
problema suscitado, pidiendo que los alumnos comenten la situación; se trata en
la medida de lo posible que los alumnos modifiquen su comportamiento, pero solo
entienden en el momento y posteriormente recurren a la misma situación en donde
algunos resuelven sus conflictos con agresiones físicas y verbales. No existe
el fomento de valores entre los alumnos a pesar de que se han utilizado
diversas estrategias para disminuir las actitudes de agresión.
Se
debe de considera que una forma de dar respuesta a esta problemática es
utilizar el juego cooperativo que le permitirá a los alumnos interactuar con
sus iguales de una forma respetuosa y tolerante donde exista un ambiente de
cordialidad y una convivencia sana y pacifica dentro y fuera del salón de
clases, implementando normas y reglas que se deben de seguir para lograr
finalmente habilidades sociales y vivan
cada uno de los valores de respeto, responsabilidad y tolerancia,
principalmente.
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